viernes, diciembre 29

Trepidante - temblor 11

Trepidante - temblor 11

Poesía de Maha Vial, poeta valdiviana, una de las más grandes exponentes nacionales de la poesía feminista. La poesía de Maha Vial es denuncia, irreverencia, como el punk, como las artes, como la vida que decidió vivir.

jueves, diciembre 14

Trepidante - temblor 10

Trepidante - temblor 10

Programa junto a
Yohanna del Río, coordinadora regional de Bibliotecas Públicas de la DIBAM
César Altermatt, coordinador de producción editorial de Editorial Universidad Austral de Chile.      

viernes, noviembre 10

Trepidante - temblor 6

Trepidante - temblor 6

Camila Almendra, poeta valdiviana presenta su plaquette de poesía El viaje de la heroína.

Retratos de monocromo

La niña y la sangre primera
frente a frente la niña y la sangre
el rojo viscoso de la sangre
galopa la niña
llora la niña
urge la vida, inquieta la niña
tramo a tramo hace aseo la niña
aprende de la madre la niña
preocupada la madre
trabajadora la madre
sola la madre
aturdida de cotidiano la madre
la abuela inerme en la cama
soberbia la abuela
sola la abuela
enferma la abuela
postrada la abuela
doce años la niña
lava sus calzones de sangre
agüita de oregano hijita
le duele a la niña
se acurruca al cuerpo frío de la abuela la niña
no piensa la madre
sobrevive la madre
abnegada la madre
arrugada la madre
sin perfume la madre
aprende la niña el ir y venir de la madre
respira la niña el camino
el quebranto de la madre respira
de refilón la mirada al espejo
la madre se nubla en la esquina
se duerme la niña el dolor de su sangre
llora la madre la pena del desánimo
su propio territorio ahuyentado de tierra
los guijarros de su alma
desperdigados en toda su casa de no resueltos



Entro en la vieja casucha,
siento un nudo en las entrañas
los grillos y las arañas
me van presentando lucha
nadie m'splica o escucha
pregunto por cada cosa
por mis botones de rosa
por mi tejido a bolillo
inútil, respond'el grillo
lo mismo la mariposa

se despierta la niña del sueño aturdida
la madre le llora el pelo a la niña
la madre se llora
la madre se olvida
la madre se inquieta en la piel de la niña
tan opaca la mirada de la niña
doce años deiryvenir de la madre y la niña
tanto gris que le dio a la niña
monocromo el parto y el cumpleraños
se me muere esta niña piensa la madre
en sabana limpia se me muere esta niña
se angustia la madre frente al espejo
quiere torcer destino frente al reflejo
abraza largo rato la niña a su madre
cuando grande la niña quiere instinto de madre
el nudo crece en el pecho de la madre
no quiere pisada de niña en su sombra

no tendrá consuelo
su vida en pecado mortal
y amargas como la sal
sus noches serán desvelo
será contar y no creerlo
parece que la está viendo
y más cuando esté durmiendo
se le irán a la memoria
quedará en la historia
su pena y su sufrimiento



la abuela exhala el respiro final
la niña inquieta se abraza a la abuela
la madre no quiere que se muera la niña
no quiere la madre postrar a su niña
se mira al espejo la madre
se echa a llorar la madre
se abraza fuerte a su niña
doce años de sacrificio
se terminan con primera sangre
la niña llora a la abuela
la madre llora a su niña
la niña cierra los parpados de la abuela
la madre abre las cortinas de la niña
el sol ilumina los ojos
la madre prepara en ceremonia a la abuela
la niña ordena las ropas
la madre le dice a la niña
que debe salir a pasear
en este jardín de flores
entremos por un momento
te doy el despedimento
niñita de mis amores
los pajaritos cantores
dividen tu transitar
a la derecha van doce años
a la izquierda todo lo que quieras andar

lunes, octubre 30

martes, octubre 3

Concierto 'por los Rios de Violeta', déjalos que te cuenten…

Las luces dan aviso de lo que se avecina, transitan los contrabajos, los violines, los clarinetes y la solemnidad se instala en la juventud de más de una treintena de músicos; el público lo advierte y se acomoda en sus asientos a la espera del director para que se inicie el homenaje a Violeta Parra; pero no es sólo la Orquesta Filarmónica de Los Ríos, sube a escena Camilo Eque, el cuenta cuentos que desde una esquina secreta, narrará perfecto y omnisciente esta historia y enunciará el cordón umbilical que nos une a nuestra Primera, nacida cien años antes. 
La fotografía que guarda la memoria es admirable, una orquesta Filarmónica tras los ocho cantantes que interpretan canciones de Violeta, una orquesta Filarmónica como una arboleda que se mece y nos protege del viento, mi oído tan profundamente ordinario en musicalidad se emociona, desde el primer tema hasta el último, los arreglos por parte de la orquesta son bellísimos, porque de una forma inexplicable para mí, logran captar el temperamento de todas las canciones; las tensiones, los humores, los respiros que nos dejara Violeta en su música: por esta misma razón es que el juego de las imágenes resulta todavía más conmovedor, cuando en las pantallas se fusionan los ojos de ella con las de nuestros cantantes, es un detalle que no escapa, que no es azaroso, porque de alguna manera da cuenta del camino trazado, cien años después seguimos agradeciendo su nacimiento en nuestra parte del mundo.
Víctor Hugo Rebolledo, Carolina Nissen, Miguel Navarro, Fredy Góngora, Javier Aravena, Eduardo Rocco, Miguel Barriga y Tagore Altamirano. Son los encargados de las interpretaciones, y a primera vista respiran talento y efusión, porque tras ellos se encuentra esta arboleda gigante llamada Filarmónica y en su voz se agitan las canciones más trascendentes que escribiera la mujer más lúcida parida por Chile.
Mi hija de cinco años escucha atenta, dibuja a ratos mujeres con la cabellera suelta,  aplaude y baila mientras mira el escenario, hay tantos músicos y músicas me dice y yo desde el respeto que siempre me ha provocado Violeta Parra agradezco el desafío de todos en el escenario, porque ahí arriba está resumida toda la región; leitmotiv del concierto, diez años de una región que desborda en profesionalismo y talentos artísticos.

Déjame que te cuente que esto partió en Valdivia y que pasará por las comunas de toda Los Ríos, déjame que te cuente que el monocromo del cotidiano a veces se llena de color, déjame que te cuente que hubo una vez en Chile una mujer llamada Violeta Parra; déjalos que te cuenten que la muerte no es muerte mientras no haya olvido 

sábado, agosto 12

Guillermina y los fungi: el verde resplandor de nuestro imaginario


Pensé tantas veces en las posibilidades de habitar la literatura, de habitar esos resquicios hermosos del planeta que leía en aventuras, castillos medievales, la ciudad de París y sus recovecos, jardines europeos enormes con laberintos, selva amazónica indomable, todo ese ideal ajeno se instala en las mentes lectoras y perdura a través de los años como una bitácora de lo que soñamos y de lo que quisiéramos conocer.
Por el oficio que todos hemos tenido alguna vez, ese de leer cuentos antes de dormir, llevo un tiempo atendiendo con cautela los libros infantiles y apenas comencé la lectura de Guillermia y los fungi (Spiralia 2017) me sentí cómoda, nunca una aventura se iniciaba en un bosque de arrayanes, un bosque de arrayanes que abre nuestra memoria fotográfica y nos instala en ese lugar, en esa humedad y ese olor. Qué necesario es ese ejercicio de poder evocar mientras se lee, qué necesario es para nuestras niñas y niños poder constatar que aquello que  leemos en un cuento no está cruzando un océano de distancia. En este sentido este cuento nos entrega nuestras propias vivencias y entrega también el escenario a nuestros hijos en hijas.

Margaret Meek en su libro En torno a la cultura escrita nos dice que “A partir de los cuentos que escuchamos siendo niños, heredamos las formas de hablar sobre lo que sentimos, los valores que parecen importantes y los que nos parecen ser la verdad” en este sentido este cuento es un llamado a mirarnos desde dentro y quedarnos en este  estallido de verde que nos rodea. La joven autora Antonia Suarez, logra atraparnos con la historia, logra que abramos las cortinas de nuestra infancia, de nuestros propios caminos recorridos y por sobre todo entrega la posibilidad cierta a niños y niñas de habitar su literatura.

Actualmente tenemos muchas alternativas en cuanto a libros infantiles se trata, una oferta que no escatima ni en gastos, ni en precios, quizás sea también necesario dejar de pensar en ese estallido del papel couche y abrirle paso al resplandor de nuestro imaginario, porque este de seguro se convertirá en la bitácora de niños al otro lado del océano.