lunes, noviembre 16

Anaqueles: Libro Tres. Plaza de la República de Pedro Guillermo Jara

Articular un poco el espacio de tiempo, volver a leer, reconocer, saber qué ha sucedido por las calles que transitamos, con las personas que reconocemos,
Me parece tan necesario echar un vistazo a lo que se ha escrito desde este bagual, más allá de que seamos la próxima capital cultural (aunque la excusa es perfecta), nos urge leernos y re-leernos, darle algo más de vida a todos esos libros que anidan en los anaqueles de las bibliotecas y librerías esperando que llegue un pájaro hambriento y los devore; pero sobre todo nos urge  como acto heroico de construcción de identidad.

LIBRO TRES: PLAZA DE LA REPÚBLICA de PEDRO GUILLERMO JARA

Sentarse en una plaza pública, esperar a que alguien se siente a tu lado, iniciar una conversación atemporal, preguntar por los indicios de lluvia, por el viento, sentarse a fumar o a ofrecerle pan a las palomas, mirar a Picarte a Camilo Henríquez, a Pérez Rosales, sentir un poco la calma de la nuestra violencia.
Así aparece en 1990 este libro de relatos de Pedro Guillermo Jara (Chile Chico 1951) denunciando los golpes recibidos en pleno cambio diz que social, diz que político, diz que económico.  Plaza de la República se instala en un fragmento crucial de la narrativa de la post dictadura, pues sitúa, como muchos, a la violencia como temática, pero no de una forma evidente o a boca de jarro, sino más bien solapada, porque esta va de la mano con el rotundo silencio que todavía nos carcome.  “Por mi parte ya me he acostumbrado a su vida, a esos guiños y continuas caricias mientras mis brazos, piernas y hermoso rostro, duro como la cerámica y blanco como la muerte, tratan de sonreír y de hablar”  
Sumergirse en esta lectura, veinticinco años después; es de alguna manera leer una crónica del presente, los tópicos, las reminiscencias, el gesto escritural de denunciar, de advertir que en los adoquines hay, sobre todo, una vida paralela que no es a simple vista.

Plaza de la República, el lugar de encuentro de los violentados, el lugar físico desde donde se denuncia, el lugar físico para decir, el lugar físico para no decir; así también este libro de relatos escritos entre 1980 y 1989. Jara, escribe este libro como lugar, para instalarse y desde allí recorrer la médula de un país que tras dos décadas y media sigue siendo el mismo país que golpea, que  calla, en donde viola una bestia que embaraza a inocentes para dar a luz a in(humanos) de siete dedos, una bestia que clausura a vista y paciencia de todos, en el centro; en la Plaza de la República de cualquier ciudad.
“Lo que sucede es que la cadena remata en el tobillo de un hombre, unida a un grillete, mientras la cadena es
Arrastrada por ese tobillo
Es arrastrada por esa pierna
Es arrastrada por ese cuerpo
Es arrastrada por esas manos
Es arrastrada por esos dedos
Estos dedos que se aferran
A los adoquines”
Plaza de la República de Pedro Guillermo Jara
Primera Edición abril de 1980
Editorial El Kultrún
Valdivia, Chile
Inscripción N° 75.947

sábado, octubre 17

Estoy reparando libros maltrechos en la Biblioteca
Estoy escuchando una canción que habla de lilas y margaritas
Estoy recordando a mi abuela Ube
Estoy sintiendo a mis hijas correr por su cocina de campo
Estoy pensando en mi abuelito darle los 20 besitos antes de su muerte
Estoy doliendo un poco su ausencia, todavía
Estoy remediando libros cansados en la Biblioteca
Estoy zurciéndome con invisible el corazón
Estoy imaginando que quien se lleve este libro reparado
Recuerde a sus abuelos en la página cincuenta y siete

sábado, septiembre 5

Sobre Historia Secreta de Chile de Jorge Baradit

Presentación del libro Historia secreta de Chile, Librería Que Leo.
 Valdivia, 4 de  Septiembre 2015


“las macronarrativas desde la perspectiva de la colonialidad, son precisamente  los lugares desde los que “un pensamiento otro” podría llevarse a cabo, no con el fin de contar la verdad sobre las mentiras, sino para pensar de otro modo, para desplazarse hacia “una lógica otra”; en suma, para cambiar los términos de la conversación, no sólo su contenido”
Walter Mignolo [1]
Por estos días hemos sido testigos mudos de la imagen terrible que da vueltas al mundo, oscilando de computador en televisor, el cuerpo de Aylan Kurdi es encontrado en las arenas de una playa de Turquía; un cuerpecito abatido por el propio mundo que lo vio nacer y que ahora lo convierte en ícono del drama horrendo de los refugiados de guerra sirios. Inicio con esa imagen cruda, porque aún está latente y desajusta el rostro mientras se contiene una que otra mueca, enuncio la imagen para preguntar además quién se hará cargo de él,  y de ella, ¿en qué punto se posiciona el apoyo para construir el mundo?, el otro mundo si es que esa otredad existiera,  y esto urge, porque el olvido es voraz y no perdona, bien lo sabemos nosotros, los chilenos del bicentenario envueltos en banderas gigantes y en estrellas como guirnaldas.

                En Chile la literatura ha sido medular para generar las directrices de lo que no se dice, de eso que no se cuenta, la literatura en su más primigenio oficio ha rumoreado y denunciado, haciéndose cargo de una historia que no es paralela, pero que tampoco es oficial, esa ha sido la treta perfecta para sobrevivir por tantos años y es además la forma perfecta de establecer el vínculo con el otro, con ese otro que busca y desea enfrentarse a su realidad con un discurso y una tradición propios. Todorov en el libro Las morales de la Historia argumenta incluso que “podrá ser función de los intelectuales representar el papel del tábano o también del aguijón en la sociedad”, es, en este vértice en donde se abre la fuga hacia la historiografía de un país que ha bifurcado desde siempre sus caminos.
Nos situamos entonces en un 2015, álgido, con un terremoto político que nos ha sacudido a todos y todas, en este paréntesis de nuestra línea de tiempo se presenta Historia Secreta de Chile, libro en donde  el autor desvencija hechos cercados, los incorpora al cotidiano y los transmuta en una necesidad cierta de “querer conocer”, es quizás el valor preponderante de estos escritos que configuran entre si un cuerpo narrativo audaz y por la misma razón, cercano.

Baradit desde lo argumentativo genera una relación con la otredad, una triada precisa entre el conjunto de textos que componen Historia Secreta de Chile, la audiencia y el imaginario común, ávido siempre de certezas. El libro irrumpe entonces en la necesidad de conocer, de querer saber algo más, para poder configurar identidad; necesidad tan propia de los adolescentes de doscientos años, que buscan con exaspero el ya mencionado “pensamiento otro” de Mignolo el que se hace posible “cuando se toman en consideración las diferentes historias locales y sus relaciones de poder particulares”. Ahora bien, bajo esta premisa, la dialéctica lineal del desarrollo histórico quedan un poco a tras mano, pues el conjunto de textos reunidos por el autor no pretenden establecer el vínculo con la historia, sino más bien con la identidad y es en este sentido en donde se subentiende el término “secreto”  el que se  articula desde la intimidad.

Historia secreta de Chile de Jorge Baradit vino a afianzar la relación con el lector, y en ese punto radica parte de su éxito, en la elección de gubias con que se talla la madera que buscamos ser, quizás desde acá, lo anecdotario se vaya desdoblando paulatinamente a lo substancial y vaya convirtiéndose en secreto, en intimidad, en identidad, pues necesitamos ese punto de apoyo desde donde construir nuestro mundo y hacernos cargo de él.





[1] Mignolo, W Historias locales /diseños globales  2003  Ed. Akal p 133